
El Dr. Eduardo Rial, investigador del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), lidera un proyecto que probará fármacos usados contra el cáncer para frenar la infección por el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la actual pandemia. El proyecto, en el que colaboran María Colmenares, Luis Rivas y José María Sánchez-Puelles, también investigadores del CIB-CSIC, estudiará los mecanismos por los que las células del hospedador ven alterada su actividad metabólica a consecuencia de la infección vírica y evaluará la eficacia de fármacos específicos contra el virus.
Cuando un virus infecta a un organismo, secuestra el metabolismo celular de las células infectadas para proveerse de la energía y de los precursores para la síntesis de las macromoléculas necesarias para la generación de nuevas partículas virales. De esta manera, en la célula infectada se induce un cambio metabólico que recuerda al que se produce en las células tumorales y es conocido como efecto Warburg.
La reprogramación metabólica la coordinan una serie de rutas de señalización que activan unas vías e inhiben otras para que se priorice la fabricación de los componentes celulares. Dependiendo del tumor, las rutas que se ven alteradas durante este proceso son distintas. Y en el caso del SARS-CoV-2 se ignora todavía cuáles se ven afectadas.
El proyecto, financiado por el CSIC a través de la Plataforma de Salud Global, ensayará fármacos ya usados en clínica como antitumorales frente a diferentes rutas alteradas durante la proliferación tumoral, para estudiar su potencial frente al coronavirus causante de la COVID-19.
En este sentido, una de las vías más interesantes es la vía PI3K/AKT, para la que existen numerosos fármacos. En concreto, el equipo busca aquellos que producen una disminución en la producción de ácido láctico en la célula infectada, ya que, como observó Otto Warburg en 1924, este es un desecho que refleja una activa producción de componentes celulares.

Los investigadores utilizarán células epiteliales bronquiales, infectadas con la cepa del coronavirus que produce el resfriado común. A continuación, se observará el cambio metabólico producido y, en ese contexto, se ensayarán los antitumorales seleccionados. Los fármacos que proporcionen resultados positivos serán empleados por otros grupos de la Plataforma de Salud Global para iniciar los ensayos con SARS-CoV-2.
El reposicionamiento de fármacos ya existentes para su utilización frente a otras patologías simplifica mucho el proceso que lleva a su aplicación clínica. Aunque los efectos secundarios son difíciles de prever, en el caso de que alguno de estos antitumorales se validara como antiviral, no se utilizarían en largos ciclos, como en quimioterapia, sino como tratamiento agudo de la infección en los primeros días tras detectarse esta, con el objetivo de frenar la replicación del virus.
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Nota de prensa CSIC: enlace