Ayer, 7 de noviembre, fallecía en Madrid a la edad de 80 años Margarita Salas, científica excepcional e incansable que seguía en activo, en calidad de Profesora Ad honorem, en su laboratorio en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
Licenciada en bioquímica, esta asturiana nacida en Canero en 1938, desarrolló su tesis doctoral entre 1961 y 1964 en el grupo de Alberto Sols en el edificio de la calle Velázquez donde tenía su sede el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB), que se había fundado en 1958. Posteriormente realizó una estancia posdoctoral en el laboratorio de Severo Ochoa en Nueva York, junto a su marido Eladio Viñuela, regresando a España en 1967 para trabajar nuevamente en el CIB, donde crea en 1969 la Sección de Biología Molecular que en 1971 se convertiría en el primer departamento de Biología Molecular en España.

Margarita Salas desarrolló su trabajo de investigación en el CIB durante una década, hasta que, en 1977, junto a Eladio Viñuela y otros miembros del CIB, se traslada al recién inaugurado Centro de Biología Molecular, centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, primer centro de investigación en esta disciplina que se abrió en España, y donde lideró durante décadas uno de los grupos de investigación más productivos del país. Con ella se formaron decenas de investigadores e investigadoras españoles que ocupan actualmente importantes cargos científicos.
La investigación de toda su vida estuvo centrada en el estudio del bacteriófago phi29, un virus con una manera específica de replicar su material genético y que permitió a Margarita descubrir importantes mecanismos moleculares de acción de su polimerasa, la molécula encargada de la replicación del DNA del virus, hallazgo que ha tenido una importantísima aplicación en biotecnología y en biomedicina dando lugar a una serie de patentes internacionales sobre el uso de esta polimerasa en ingeniería genética. De hecho, y hasta el día de hoy, la patente europea obtenida en 1989 por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) gracias al trabajo de Margarita Salas con el virus phi29 es la más rentable de todas las españolas y la que ha dado al CSIC, institución donde Margarita trabajó toda su vida, la mitad de los ingresos que recibía por todas las patentes registradas durante su vigencia.
Margarita Salas también se ocupó de la situación de las mujeres en la ciencia. Ella misma reconocía que había tardado un tiempo en ser consciente de los sesgos de género que se producen en el campo de la investigación y una vez que lo fue, era frecuente escucharla explicando cómo había sufrido el machismo en los inicios de su carrera y visibilizando y reivindicando el papel de las científicas.
Margarita Salas obtuvo reconocimientos importantes por su trayectoria y fue la primera española miembro de la Academia de las Ciencias estadounidense y también la primera científica que entró en la Real Academia Española. Ha sido nombrada doctora honoris causa por más de una docena de universidades, logrado el Premio Rey Jaime I, el Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal y el Premio L’Oreal UNESCO a Mujeres en Ciencia, así como, el pasado junio en Viena, el Premio Inventor Europeo concedido por la Oficina Europea de Patentes y Marcas.
Más información:
Tribuna El País: Una científica fuerte. Por Carmen Fenoll and Flora de Pablo.
El Siglo de Europa. Por Pilar S. Testillano.
Buenos Días Madrid Fin de Semana 09.11.2019. Homenaje a Margarita Sala en la sección "Desayunando con Ciencia".